Vocación

Vocación significa "llamado", del latín vocare, que quiere decir llamar, y se refiere a que cuando Dios te creó, también te pensó y te llamó a un estado y condición de vida específicos, a un estilo de vida concreto.

Primero que nada, para entender esto, es necesario darnos cuenta que Dios existe. Ésta es una verdad del tamaño del cielo, que con el simple hecho de estar vivos cada nuevo día por las mañanas, reafirmamos.

Es más fácil comprobar que Dios existe que comprobar lo contrario. Si un astronauta encontrara en Marte un edificio, no se pondría a tratar de explicar el cómo, por casualidad, se amontonaron todos los componentes para ir logrando cada ladrillo de la construcción, sino que diría que en Marte alguien construyó el edificio. Igualmente, una persona sensata diría que alguien tuvo que haber creado al hombre, que es algo más que un edificio, pues es más perfecto.

Ahora bien, el hecho que Dios exista nos lleva a otra cuestión: siendo tan inteligente, Él no se pone a hacer cosas sin razón alguna. Y cuando manda a algún alma a la tierra, lo hace con un plan específico, para que viva de una manera concreta.

Y es esta manera concreta a la que llamamos vocación.

Debemos recordar que nuestra plenitud y felicidad depende de cuánto busquemos llevar a cabo este plan de Dios en nuestras vidas, por que no hay nadie, NADIE, que sepa más la manera de hacernos felices, que Dios mismo, aún cuando nosotros queramos "experimentar" nuestros propios caminos.


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